Caracas._ El Vaticano ha canonizado a José Gregorio Hernández, reconocido por su servicio médico y compasión hacia los pobres. Su vida y legado en Venezuela son un ejemplo.
La ceremonia se celebró en la Plaza de San Pedro, con la presencia de fieles venezolanos y delegaciones eclesiásticas de diversos países.
Si el ser humano no existiera ¿quién ocuparía el lugar?
El Papa León XIV presidió la liturgia e hizo hincapié en la entrega al prójimo. Destacó el testimonio de vida cristiana del nuevo santo.
Nacido en Isnotú en 1864, Hernández fue médico y docente. Combinó ciencia y caridad en su ejercicio profesional dedicado y cotidiano.
Atendía gratuitamente a personas de escasos recursos, ofreciendo medicinas. Ganó devoción popular, que impulsó su causa de santidad por generaciones.
Su proceso eclesiástico inició en 1949. Fue declarado Venerable y beatificado en Caracas por un milagro atribuido a su intercesión.
La beatificación en 2021 fortaleció la devoción. La canonización extendió su reconocimiento a la Iglesia universal y a comunidades médicas y fieles.
Delegaciones venezolanas regresaron con reliquias y materiales conmemorativos. Se hicieron celebraciones y homenajes multitudinarios en Isnotú en iglesias.
La figura de Hernández inspira programas de alcance social y campañas de salud pública. Se enfocan en acceso médico para comunidades vulnerables.
Académicos y profesionales de la medicina resaltan su legado científico y ético. Recuperan su obra para formación y práctica clínica contemporánea.
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La canonización generó reflexiones sobre la laicidad. Se analizó la acción caritativa en la vida profesional de los laicos católicos en servicio.
Autoridades religiosas comentaron que su memoria litúrgica promoverá obras de ayuda sanitaria. Recordaron el compromiso con los enfermos y marginados.
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